Soy un gran seguidor de los documentales de naturaleza. Enseñan mucho sobre la vida y las formas de relacionarse entre los diversos organismos vivos. No hace demasiado hablaban de los efectos del llamado destete precoz en los cerdos. Y para demostrar sus efectos psicológicos pusieron a dos lechones en medio de una pasarela en cruz elevada un metro del suelo. Dos de los brazos de la cruz estaban protegidas por paredes, mientras que los otras dos no tenían ningún tipo de protección. Pues bien, el lechón destetado precozmente sólo caminaba por los brazos protegidos. En cambio, el destetado naturalmente lo hacía por los cuatro brazos. El siguiente experimento consistía en juntar lechones destetados precozmente y observar las reacciones. Se producían unas peleas tremendas hasta que los lechones paraban por agotamiento. Con los otros lechones no pasaba. Esto nos enseña que hay muchísimos parámetros que no controlamos y que pueden tener una importancia enorme a la hora de conformar la psicología que determinará el comportamiento futuro de nuestras chinchillas. Pienso por ejemplo en el hecho de separar a las crías de sus madres cuando llega el momento del destete. Quizá sea mentalmente más sano no hacerlo. Es para pensarlo.
Otro de los procedimientos que pongo en duda es el llamado "protocolo para juntar chinchillas". He de decir que intenté seguirlo en una ocasión con resultados bastante malos. En mi opinión este protocolo es casi hasta perjudicial, ya que podría fomentar la agresividad de las chinchillas. Pensad que estamos estimulándolas con olores, sonidos e imágenes de otras chinchillas desconocidas. Lo hacemos para que se habitúen y pretendemos con ello que disminuya el estrés del proceso de unión. Sin embargo, me da la sensación de que esto podría reavivar más los sentimientos de agresividad que puedan existir. Es como oler al enemigo que te quiere "robar" (comida, hembras, macho, crías,...) y no poder hacer nada para evitarlo.
Desde hace ya un tiempo vengo poniendo en práctica otro método de unión de chinchillas. Lo hago de sopetón, sin contactos previos. Sin embargo, no hay que olvidar nunca que hay casos en los que juntar a dos chinchillas puede llegar a ser imposible. Hay que saber reconocerlo y no pretender imposibles llegado el momento. Con este método hemos llegado a tardar unos 18 horas en el caso de 3 chinchillas procedentes de tienda y 6 horas en la última experiencia con una chinchilla procedente de la cría doméstica. Pero en otras ocasiones hemos tardado unos 10 segundos. Os explico cómo lo hacemos.
- Presentación morro a morro: Suele ir bien en el caso de parejas. Cuando se trata de introducir una chinchilla a un grupo es más difícil, simplemente por el número, aunque merece la pena probarlo siempre. Como su nombre indica lo que hay que hacer es presentar a las dos chinchillas en brazos para que se huelan los morritos. Como es natural cada chinchilla debe estar sujeta por una persona. Os sorprendería saber la cantidad de veces que hemos visto chinchillas que se han aceptado así, a la primera. Por ejemplo, estas dos chinchillas se habían visto por primera vez hacía 3 minutos aproximadamente. Y así se fueron a su casa:
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Os dejo también un vídeo de un caso real:
- Liberación en un espacio controlado: Buen método para grupos cuando falla el procedimiento anterior. Consiste en preparar un espacio amplio, de unos 8 metros cuadrados, libre de cualquier espacio donde refugiarse. Se colocan cajas de cartón con dos agujeros grandes para que las chinchillas puedan entrar y salir cómodamente de ellas. El número de cajas debe ser superior al número de chinchillas a juntar. Una vez que tenemos todo preparado soltamos a las chinchillas en este espacio. Lo normal es que no se encuentren cara a cara, por lo que al encontrarse se asustarán. Eso provocará mucho nerviosismo en las chinchillas y hará que las más dominantes comiencen a perseguir al resto. Habrá ataques, mechones de pelo saltando y mucho estrés en las chinchillas y en nosotros. Es muy importante valorar en este momento si los ataques son agresiones o son simples demostraciones de dominancia. El signo que nos debe hacer valorar si este método puede ser demasiado arriesgado es la aparición de sangre. Pero cuidado, sangre producida por mordiscos. Digo esto porque nos pasó una vez que vimos un poco de sangre y la causa fue un pequeño corte en un dedo al dar un salto, sin que hubiese ningún mordisco. La utilidad de las cajas es que les sirven de refugio para interrumpir los ataques demasiado prolongados. Pasado el tiempo, y hablamos de horas en muchos casos, se cansarán. Es así, este método funciona por agotamiento. Cuando esto ocurre comenzamos poco a poco a retirar cajas hasta que no quede ninguna. Generalmente en este punto vuelve a haber persecuciones, pero de menor intensidad. El siguiente paso es comenzar a reducir este espacio amplio que teníamos al principio. Se pueden utilizar cartones o una malla. La intención es provocar la cercanía de las chinchillas. Poco a poco y viendo las reacciones de las chinchillas vamos reduciendo el espacio hasta dejarlo en apenas un metro cuadrado o menos. Si llegados a este punto no hay ataques agresivos lo siguiente es pasar a todas las chinchillas a una jaula pequeña sin comedero ni bebedero. Se puede poner sustrato si se quiere. Esto hará que todavía se fuerce más el contacto estrecho entre las chinchillas. Si se aceptan deben permanecer en la jaula unos 3 días. Cuando veamos que la cosa está tranquila mi consejo es dejar a la nueva que reconozca su nueva jaula durante una hora más o menos. Luego vuelve a la jaula pequeña durante un rato para comprobar que todo sigue bien y entonces se pasa al grupo al completo a la jaula definitiva. En los momentos de más tensión va muy bien ofrecer una comida muy apetitosa. A nosotros nos va bien la alfalfa en rama. Les gusta tanto que se olvidan de pelearse.
En los siguientes vídeos, que nos ha permitido usar Mayumi, podéis ver un ejemplo práctico de cómo hacer éste método.
Un saludo.